Frecuentemente se habla del refranero español como "fuente de sabiduría popular", pues no hay situación en la vida que no la haya previsto el mismo.
El "truco" básico de tal sapiencia radica en que todo refrán tiene su contrarrefrán. Es decir, en el refranero se recopila una serie de dichos para decir tanto una cosa como su contraria.
Un ejemplo: "No por mucho madrugar amanece más temprano" y "A quien madruga, Dios le ayuda".
Como éste podemos encontrar miles de ejemplos, que cuestionan el carácter sorprendentemente profundo del refranero español.
Ya sabéis: "El que canta, sus males espanta" o "El que canta, o le están dando por culo o poco le falta"...