Se calcula que serían necesarios unos 100 kilovatios para que los exploradores de Marte pusieran en funcionamiento un entorno operativo y pudieran regresar a la Tierra. Los investigadores explican que, si la nave se sitúa en la localización adecuada -una latitud entre 0 y 40 grados al norte del ecuador marciano-, el sol podría suministrar toda la energía que la estación necesitase, incluso cuando se produzcan tormentas de arena:





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