Con unos 5.150 kilómetros de diámetro, Titán es la luna más grande de Saturno la segunda entre todos los satélites del Sistema Solar.
Destaca su gruesa atmósfera anaranjada, un 50% más densa que la terrestre, de nitrógeno casi puro, con algo de metano. También contiene al menos una docena de otros compuestos orgánicos, como el etano. Es la única luna del Sistema Solar que cuenta con una atmósfera significativa.
Esa densa atmósfera es la responsable de que la iluminación existente en la superficie de Titán sea de 1/1000 de la existente en la superficie terrestre. Aun así, la luminosidad es 350 veces superior a la existente en una noche de luna llena en la Tierra. De hecho, el equipo de la sonda Huygens comparó las fotografías de Titán a "fotografiar el asfalto de un parking en el crepúsculo".
El metano, en Titán, cumple el mismo papel que el agua en la Tierra, formando nubes en su atmósfera. Estas nubes causan tormentas de metano líquido sobre el satélite, que descargan precipitaciones importantes. De este modo Titán y la Tierra serían los únicos lugares en el Sistema Solar en los que llueve sobre su superficie.
Probablemente el contenido de hidrocarburos líquidos de esta luna (en forma de mares y lagos) es centenares de veces superior al de todas las reservas de petróleo y de gas natural de la Tierra juntas. Además, sus dunas ecuatoriales posiblemente contienen centenares de veces más materia orgánica que todas las reservas de carbón de la Tierra juntas.
Por otra parte, la brillante mancha blanca que se observa en el hemisferio sur, cerca del polo, podría ser una formación meteorológica en la nube de metano que envuelve el planeta.
La composición de su atmósfera se supone muy similar a la atmósfera primitiva de la Tierra en tiempos prebióticos. Las temperaturas de cerca de 90 K deberían haber preservado un entorno muy similar al de la primitiva Tierra.
Las observaciones de la nave Cassini de la atmósfera hechas en 2004 sugieren que la atmósfera de Titán gira mucho más rápido que su superficie, al igual que ocurre en Venus, un régimen dinámico de la atmósfera que no se comprende en ninguno de los dos casos.
En enero de 2005 la sonda europea Huygens, que viajó acoplada a la sonda Cassini, logró un histórico descenso sobre su superficie, mostrando una gélida superficie de -180°C, cubierta de cascotes de hielo de agua y de metano, aparentes cauces de ríos y hasta posibles lagos de metano líquido, que allí sigue un ciclo similar al del agua en la Tierra.
Posiblemente está compuesto en un 50% por roca y en un 50% por hielo, con un núcleo rocoso de diámetro 3.400 kilómetros rodeado por diversas capas de hielo, y finalmente posiblemente un océano subterráneo de agua y amoníaco disuelto en él que se halla a una profundidad de 100 kilómetros (como en Europa y, posiblemente también en Tritón y Calisto).
En su superficie, destaca una región, denominada Xanadú, un área grande del tamaño de Australia. Inicialmente se pensó en que se trataba de mares de metano, pero no se observaba ninguna reflexión especular sobre los mismos. Imágenes de la nave espacial Cassini revelaron que la región de Xanadú, poseía características geológicas similares a la Tierra, con colinas, valles y dunas de arena oscura, cortadas por cauces similares a los ríos de la Tierra. Xanadú, es una inmensa zona de Titán cuya altura es considerablemente más elevada que el promedio y se trata, pues, de un continente.
La sonda Cassini ha descubierto enigmáticos rasgos lineales en el satélite que algunos científicos han sugerido pueden indicar actividad tectónica.
Titán no tiene ningún campo magnético.
Fuente: Mariano Ribas, en Cielo Sur, y Wikipedia.
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