Tritón, descubierto en 1846, es el satélite más grande de Neptuno. Es una gran bola de roca y hielo de 2.707 kilómetros de diámetro. Su superficie es bastante suave, con pocos cráteres, y se encuentra rodeado por una finísima atmósfera de nitrógeno y metano.
Presenta una serie de excentricidades en sus movimientos y en su orientación: gira sobre sí mismo en sentido contrario al de Neptuno: al poseer una inclinación de 157º con respecto al ecuador de Neptuno, la traslación de este satélite es retrógrada con respecto a la rotación del planeta.
Probablemente perteneció alguna vez al Cinturón de Kuiper (un anillo de escombros helados que rodea al Sol, más allá de Neptuno) y, con el tiempo, terminaría siendo capturado por la gravedad de éste.
Destacan especialmente su bajísima temperatura (-235°C, tan baja como la de Plutón, siendo estos dos astros los más fríos del Sistema Solar), y la presencia de criovulcanismo (vulcanismo frío): un conjunto de oscuros volcanes que expulsan chorros helados de nitrógeno líquido. El descubrimiento de los mismos cambió el concepto clásico de vulcanismo ya que, hasta entonces, se suponía que los cuerpos gélidos no deberían estar geológicamente activos. Tritón demostró que para que haya actividad geológica basta un medio fluido, sea éste roca fundida, nitrógeno o agua.
Como dijimos, su atmósfera está compuesta de nitrógeno y metano, los mismos compuestos que existen en la mayor luna de Saturno, Titán. El nitrógeno es también el compuesto principal de la atmósfera terrestre, y el metano, en la Tierra, se asocia a la vida, como producto secundario de la actividad de ésta: es decir, es expulsado por los seres vivos. Tanto en Titán como en Tritón, si no fueran tan extremadamente fríos, la presencia de nitrógeno y metano en la atmósfera serían una prueba de la existencia de vida en estos satélites.
Debemos señalar, por otra parte, que en Marte también se ha detectado una presencia constante de metano, lo que sería un indicio de existencia de vida en el mismo, aunque algunos científicos la achacan a la existencia a algún tipo de vulcanismo activo no identificado en el planeta rojo.
Sin embargo, y debido a la actividad geológica indicada y a la posible elevación de su temperatura en el interior, se ha especulado con que Tritón quizás podría albergar formas de vida primitiva, en océanos de agua líquida situados bajo la superficie helada del satélite, de forma muy semejante a lo que ha sido sugerido para las lunas Europa, Calisto y Titán. Estos satélites serían, de esta forma, mundos que, a pesar de ser físicamente extremos, podrían soportar formas exóticas de vida desconocidas en la Tierra.
Tritón sólo ha sido visitado por la sonda Voyager 2 de la NASA, en agosto de 1989.
Fuente: Mariano Ribas, en Cielo Sur, y Wikipedia.
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