Con 4.820 kilómetros de diámetro, es el tercer satélite en tamaño del Sistema Solar, y el segundo de Júpiter. Es casi tan grande como el planeta Mercurio (4.880 Km). Aunque su estructura, mitad roca, mitad hielo, lo hace menos denso.
Al igual que Ío, Calisto tiene una fina atmósfera de dióxido de carbono.
Su superficie está cubierta por un manto de hielo y no tiene actividad geológica desde hace 4000 millones de años. Por eso, como nuestra Luna, ha conservado perfectamente las huellas de incontables impactos de cometas y asteroides. Al estar cubierto por hielo, sus cráteres muestran blancos y brillantes destellos.
Calisto ostenta el récord de la mayor densidad de cráteres de todo el Sistema Solar.
No posee ninguna montaña apreciable. Los sistemas multianulares son casi planos y sus cráteres más grandes son poco profundos. Probablemente sea debido a la naturaleza helada de su superficie, en la que los cráteres más profundos y las montañas han quedado nivelados al estar formados por hielo y también debido a que el hielo fluye por la corteza helada (como los glaciares en la Tierra). Por eso el relieve de Calisto raramente supera un kilómetro de altura.
En su superficie se observan dos cuencas de impacto enormes con anillos concéntricos: Valhalla es la más grande, con una región central luminosa de unos 600 kilómetros de diámetro y anillos que se extienden hasta 3000 kilómetros de diámetro, y la cuenca de impacto de Asgard, que mide aproximadamente 1.600 kilómetros de diámetro. Otro rasgo interesante es Gipul Catena, una serie larga de cráteres de impacto en línea recta. Fue probablemente causada por un objeto destruido por las fuerzas gravitatorias cuando éste pasó cerca de Júpiter (como el Cometa Shoemaker-Levy 9) antes de que impactara.
La superficie de Calisto forma una capa helada de unos 200 kilómetros de grosor. Se especula con que debajo de la corteza exista también un océano salado de más de 10 kilómetros de profundidad, como en Europa, Tritón y Titán. La hipótesis del océano interior se generó a partir de los estudios del campo magnético de Júpiter y de sus lunas. Se descubrió que el campo magnético de Calisto varía (hay flujos en varias direcciones en momentos diferentes) en respuesta al campo magnético generado por Júpiter; esto hace pensar que existe una capa de fluido muy conductivo dentro de la luna.
Bajo el océano, Calisto parece tener un interior extraño que no es completamente uniforme. Los datos de la nave orbiter Galileo sugieren que el interior está compuesto de piedra comprimida y hielo, con el porcentaje de piedra aumentando con la profundidad.
Fuente: Mariano Ribas, en Cielo Sur, y Wikipedia.
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